Reseñas

Persépolis III y IV | Marjane Satrapi

Aquí os hablo de los dos primeros volúmenes de Persépolis, la novela gráfica de la ilustradora francoiraní Marjane Satrapi en los que relata su infancia en Irán antes de viajar a Viena, a donde fue enviada por sus padres para escapar del peligro que suponía vivir en Irán en esos momentos y donde esperaban que recibiese una educación alejada del dogmatismo islámico que imperaba en su país.

16989136-_sx540_El tercer volumen comienza cuando Marjane llega a Viena en 1984. Allí se alojará en diferentes lugares y encadenará experiencias desagradables que le harán en primer lugar rechazar la compañía de la juventud occidental al verla despreocupada y ajena a los horrores de la guerra para más tarde negar sus propios orígenes con la intención de librarse de los estigmas de su país, palabras como «ladrona», «extremista» o «terrorista» que los medios de comunicación y la propaganda bélica han asociado con los iranís. Pronto Marjane encontrará un círculo de amistades que la introducirán en el mundo del anarquismo, las drogas y la liberación sexual pero un desengaño amoroso hará tambalear los cimientos de la vida que había logrado construir en Viena y Marjane se verá obligada a llevar una vida de vagabunda, sin un lugar donde quedarse hasta que termina por desfallecer y cuando se recupera recobra también la fe que había perdido en estos meses y tomará la decisión más importante de su vida: volver a Irán. Este tercer tomo me ha parecido el más crudo y difícil de todos. La adolescencia, que de por sí es un periodo complicado en el que no nos encontramos a nosotros mismos y no sabemos todavía quienes somos se multiplica por cien en el caso de Marjane, que con solo doce años ha dejado su país y todo lo que conoce para irse a un país lleno de gente que no conoce con ideas preconcebidas sobre ella y sobre su país y un idioma que no entiende. Son muchas las muestras de odio e incomprensión que la autora tiene que sufrir sola y que nos refleja perfectamente lo que es no estar en casa en ninguna parte.  Sigue leyendo «Persépolis III y IV | Marjane Satrapi»

My lovely love, Retos y dudas existenciales

Reconciliándome con la novela gráfica, el manga y el anime.

Si solo te preocupas por la narrativa contemporánea y los clásicos te estás perdiendo cosas maravillosas y eso es algo que yo tardé mucho tiempo en entender. Mi experiencia con el anime se limita poco más que a las series que veía por las tardes después de clase y los fines de semana por la mañana en Televisión de Galicia (Detective Conan sigue siendo para mí la serie de mi infancia) pero sin ser consciente de que estaba viendo anime como tal, con el manga me dio un poco más fuerte sobre mis trece o catorce años pero como decía Shakespeare «los placeres violentos tienen finales violentos», la emoción se fue tan rápido como vino y desde Death Note, Mermelade Boy y los primeros tomos de Naruto no he vuelto a interesarme por el manga o por la novela gráfica y no fue hasta hace muy poco que me di cuenta de estaba dejando pasar cosas muy interesantes.

En el mundo en el que vivimos hacerse mayor aparentemente significa que tienes que dejar de ver animación (excepto quizá si hablamos de Disney o Pixar) y sobretodo dejar de leer «libros con dibujitos». Agradezco que esta idea sea desechada cada vez más en pos de que la gente lea y vea lo que le salga de sus partes más nobles. La novela gráfica y el anime son propuestas muy interesantes que abordan temas igual de importantes e interesantes como la narrativa (os recomiendo a Otakus Treintañeras y sus súper reseñas y recomendaciones si estáis tan perdidos como yo y este vídeo de Magrat) y donde igualmente encontrarás cosas para todos los gustos y elementos innecesarios como eso a lo que llaman fanservice y que yo directamente llamo lacra.

Gracias a mi sana intención de salir de la zona de confort y a alguna gente que es capaz con sus reseñas y vídeos de que te pique el gusanillo de leerte hasta El Quijote he dado con varias propuestas muy interesantes que ya han caído (o caerán pronto) en mis manos. Sigue leyendo «Reconciliándome con la novela gráfica, el manga y el anime.»